EXPLICACIONES de la CIENCIA MEDICA: Cada día, en el
mundo de la ciencia y la medicina, aparecen nuevos términos que ponen nombre a
aquellas dolencias y malestares que van surgiendo con el paso del tiempo. Este
es el caso de la niebla mental, una enfermedad no
definida que aglutina una serie de síntomas y problemas cognitivos y que
podemos detectar ante ciertas reflexiones como: «no puedo concentrarme», «me
cuesta recordar el nombre de algunas personas» o «de repente, la mente se me ha
quedado en blanco».
Síntomas de la niebla mental:
Aunque cada persona es un mundo y sufre unos síntomas
distintos, es cierto que la mayoría de las personas que padecen niebla
mental presentan unos síntomas muy parecidos. A grandes rasgos pueden
ser:
·
Dificultad para hablar y encontrar las palabras
adecuadas
·
Problemas de atención
·
Angustia ante la resolución de tareas sencillas y cotidianas
·
Incapacidad para concentrarse
¿Qué
causas probables existen?
Los problemas cognitivos que produce la niebla mental pueden
ser extremadamente variados y muy distintos en cada persona. Sin embargo, algunas de las causas que desembocan en este
problema son:
Estrés crónico:
Vivir en una continua
preocupación origina
un estrés que puede tener consecuencias graves en nuestro desarrollo cognitivo.
Preocupaciones continuadas por la familia, la economía o el trabajo, hacen que
nuestra vida se convierta en un auténtico drama, jalonado de pozos oscuros de
los que nos es imposible salir. Recomendamos
disminuir el estrés para evitar problemas complejos en nuestra
salud.
Alteraciones hormonales
Es otra de las posibles
causas que pueden provocar la niebla
mental, especialmente en las mujeres. Durante los
embarazos y la menopausia, el cuerpo
femenino sufre importantes alteraciones hormonales que pueden afectar a
distintas actividades orgánicas, una de ellas es la posible aparición de la niebla del cerebro.
Medicación
Algunas sustancias farmacológicas, sobre todo cuando son tratamientos continuados
en el tiempo para pacientes con patologías crónicas, pueden causar cierta
confusión y pérdida de actitudes cognitivas. Son los llamados efectos
secundarios. También existen otros tipos de tratamientos médicos, como la quimioterapia,
que llevan añadidos algunos riesgos como la aparición de la niebla mental.
No dormir suficiente
La falta de sueño es uno de los temas que más controversias
produce. Es cierto que cada persona tiene su propio ritmo de acción y de descanso,
y que no siempre le permite adaptarse a los ritmos circadianos, sin embargo, es
necesario disfrutar de un tiempo
de descanso
intenso, plácido y reparador. Dormir poco y mal, nos aboca a
sufrir un cansancio innecesario en el que van a aflorar problemas de
agotamiento mental, incapacidad para atender o falta de memoria.
Mala alimentación:
La falta de ciertos nutrientes en nuestro
organismo, deriva siempre en problemas que se manifiestan a través de la salud,
ya sea física como mental. En este caso, la mayor responsable podría ser la vitamina B12.
Los niveles bajos de este nutriente provoca cansancio extremo, apatía y desgana
ante cualquier actividad. En los alimentos donde mayor cantidad de B12
encontramos es en los pescados,
mariscos y carnes, por lo tanto es
fundamental llevarla controlada en las dietas veganas.
La cafeína
Es cierto que la cafeína
es un estimulante natural que nos hace sentirnos más atentos, despiertos y
activos. Una dosis al levantarnos, nos ayuda a afrontar el día con otra energía
y ánimo. Sin embargo, a partir de
cantidades elevadas empieza a hacer el efecto contrario. No solo no aumenta ni mantiene la atención,
sino que la disminuye además de crear confusión.
La relación entre las bacterias
y la niebla mental
Conocemos como microbiota ese
conjunto de bacterias, virus ymicroorganismos que habitan en nuestro
intestino. Aunque no siempre le prestemos la importancia que merece, las actividades que se producen en el intestino
son vitales para nuestra salud, y no
solo física, también mental.
Aunque pudiera parecer
más propio de un relato de ciencia-ficción, la
comunicación entre nuestro intestino y nuestro cerebro es exacta y fluida. Por eso, lo que ocurre en una de las áreas,
afecta a la otra de manera inmediata. De ahí la importancia de llevar una dieta equilibrada y
adecuada a nuestras necesidades.
Si nos ajustamos a las
palabras de Hipócrates, el padre de la medicina, que hace más de 2 mil años
concluyó que: «todas las enfermedades comienzan en el
intestino», entonces tendremos la
primera puerta abierta para adentrarnos en lo que, la mayoría de expertos
conocen como el «segundo cerebro», que es el intestino.
En
resumen
Ya hemos visto como la niebla cerebral es una realidad dentro de los
trastornos neurológicos que
podemos sufrir los seres humanos. Aunque queda mucho camino por recorrer dentro
de la investigación médica y científica, sí podemos dar pequeños pasos
cotidianos que nos pueden ayudar para mejorar nuestro día a día.
Hacer ejercicio físico y
mental, controlar el estrés y mejorar la alimentación, pueden ser elementos
clave para hacer que esa niebla sea menos persistente y puedas alejarla de tu
mente.
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