SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 25 de agosto de 2025

DESDE el VATICANO: El Papa León XIV proclamo que “El futuro del desarrollo humano depende del amor”

 

En la mañana de este sábado, el Papa León XIV ha recibido en audiencia a los participantes de la Red Internacional de Legisladores Católicos, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.



La Red Internacional de Legisladores Católicos en una organización dedicada a dotar a los cristianos comprometidos que ocupan cargos públicos de formación en la fe, educación especializada y una red global de compañeros y amigos, empoderándolos para ejercer un liderazgo virtuoso y eficaz, comprometido con la dignidad de todos los seres humanos.

El Papa agradeció su visita al Vaticano y a Roma en medio del Año Jubilar y también en el marco de la decimosexta reunión anual de la organización, cuya temática gira en torno a El Nuevo Orden Mundial: Política de las Grandes Potencias, Dominios Corporativos y el Futuro del Florecimiento Humano.

 

El Santo Padre dijo percibir “tanto preocupación como anhelo” en esta temática, porque “a todos nos preocupa el rumbo que está tomando nuestro mundo, y aun así, anhelamos un auténtico florecimiento humano. Anhelamos un mundo donde cada persona pueda vivir en paz, libertad y plenitud según el plan de Dios”.



En ese sentido, sugirió a los legisladores católicos mirar al pasado, específicamente a la “figura imponente de San Agustín de Hipona”, como una voz destacada en la historia de la Iglesia. San Agustín, dijo el Papa agustino, “fue testigo de inmensos trastornos y desintegración social” durante la época romana tardía, ante lo que respondió escribiendo La Ciudad de Dios, “una obra que ofrece una visión de esperanza, una visión de significado que aún nos afecta hoy”.

Explicando la obra de San Agustín, el Papa León dijo que el corazón del hombre y la civilización humana enfrentan dos realidades: el orgullo y el amor propio, caracterizados por la búsqueda del poder, el prestigio y el placer; y por otro lado el amor a Dios, caracterizado por la justicia, la caridad y la humildad.

“En estos términos, Agustín animó a los cristianos a infundir en la sociedad terrenal los valores del Reino de Dios, orientando así la historia hacia su plenitud en Dios, permitiendo al mismo tiempo el auténtico florecimiento humano en esta vida”, aseguró el Papa.

“Esta visión teológica puede anclarnos ante las corrientes cambiantes actuales: el surgimiento de nuevos centros de gravedad, la alteración de antiguas alianzas y la influencia sin precedentes de las corporaciones y tecnologías globales, por no mencionar los numerosos conflictos violentos. La pregunta crucial que se nos plantea, por lo tanto, a los creyentes es: ¿cómo podemos lograr esta tarea?”, agregó.

Para responder esta pregunta, el Papa León dijo que se debe “aclarar el significado del florecimiento humano”, porque existe en la sociedad actual una confusión entre una vida próspera y “una vida de riqueza material o una vida de autonomía individual y placer sin restricciones”. Un “supuesto futuro ideal” de comodidades tecnológicas y “satisfacción del consumidor”.

“Sin embargo, sabemos que esto no es suficiente. Vemos esto en las sociedades opulentas, donde muchas personas luchan contra la soledad, la desesperación y una sensación de falta de sentido”, añadió el Papa.

Por el contrario, explicó que el verdadero florecimiento humano “proviene de lo que la Iglesia llama desarrollo humano integral” que es el desarrollo del ser humano en todas sus dimensiones. Una visión global del hombre que se origina en la ley natural y en “el orden moral que Dios ha escrito en el corazón humano, cuyas verdades más profundas son iluminadas por el Evangelio de Cristo”.

“El futuro del desarrollo humano depende del amor en torno al cual elijamos organizar nuestra sociedad: un amor egoísta, el amor a uno mismo o el amor a Dios y al prójimo. Por supuesto, ya conocemos la respuesta”, subrayó. 

“En su vocación como legisladores y servidores públicos católicos, están llamados a ser constructores de puentes entre la Ciudad de Dios y la Ciudad del Hombre”, expresó el Papa León.

Por último, instó a los legisladores a trabajar por un mundo “donde el poder sea dominado por la conciencia y la ley esté al servicio de la dignidad humana”, también les animó a “rechazar la mentalidad peligrosa y contraproducente que dice que nada cambiará jamás”.

“Sé que los desafíos son inmensos, pero la gracia de Dios que obra en los corazones humanos es aún más poderosa”, concluyó el Santo Padre.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario