SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 19 de octubre de 2025

EL MITO de la MANDRÁGORA; De la leyenda a la ciencia. ¿Fue adorada como a un dios?

 

Desde la Antigüedad, la mandrágora ha sido objeto de numerosas leyendas, supersticiones y rituales debido a sus propiedades mágicas figurando en todos los recetarios de pócimas calmantes y afrodisíacas de la época. Los magos de la Edad Media tallaban una figura humana presionando la raíz a cierta altura para darle la forma de cuello y cortando todas las bifurcaciones hasta dejar cuatro, que serían las extremidades. Buscaban una forma humana y la adoraban como si se tratara de un dios.

 


La mandrágora pertenece a la familia de las solanáceas, como la patata, el tomate o la berenjena, y como tal, contiene solanina y otros alcaloides, unas moléculas muy tóxicas incluso en pequeñas cantidades. ¿Podían deberse las propiedades mágicas que se le atribuían a su composición química?

 

Vamos a ver de qué propiedades estamos hablando.
Retrocedamos en el tiempo. Mucho.



Génesis 30: 14-24 Raquel y Lea eran hermanas y estaban casadas con su primo Jacob. Rubén, el hijo de Lea y Jacob, volvió a casa con mandrágoras recién recogidas del campo y su tía Raquel quiso algunas, cosa que no le hizo mucha gracia a Lea, que le tenía celos porque Jacob amaba más a su hermana. Al final llegó a un trato con su hermana para obtenerlas: Raquel dejaría que su hermana Lea se acostara con Jacob esa noche a cambio de alguna mandrágora.

 

Teniendo en cuenta que Lea ya tenía varios hijos de Jacob y Raquel no había podido concebir durante años, se piensa que estaba convencida de que las mandrágoras le ayudarían a poner fin a su esterilidad (varios años después, concibió dos hijos). Pero ojito, recordad que correlación no implica causalidad.



Si veis ilustraciones de la mandrágora, es frecuente que encontréis un perro atado junto a ella. ¿Por qué? Pura superstición. Veréis.

Un relato de la época romana dice:
“El hombre debe guardarse de extraerla él mismo, pues su vida peligraría. Por eso hay que atar un perro negro a la parte superior de la planta y azuzarlo hasta que la planta surja de la tierra y se yerga. En ese preciso instante la planta de figura humana proferirá un horrísono grito y el perro caerá muerto al instante. Para sobrevivir, el buscador de mandrágora deberá tomar la precaución de taparse bien los oídos con cera.”

Además, en algunos grabados medievales, aparece el hombre haciendo sonar un cuerno para enmascarar el sonido estremecedor.



Durante siglos, la mandrágora ha inspirado numerosas obras, como “La Mandrágora” de Maquiavelo, en el siglo XVI, donde alude a su capacidad de sanar la esterilidad o “Antonio y Cleopatra”, del siglo XVII, también de Shakespeare, haciendo alusión esta vez a sus propiedades como narcótico ya que Cleopatra se la pide a sus sirvientas cuando su amante la deja para marcharse a Roma. De hecho, Dioscórides en su obra De Materia Médica escrita en el año 65 y precursora de la farmacopea moderna, describía cómo usaba el vino de mandrágoras como anestésico en sus operaciones dándole al paciente un trozo de raíz para que la comiera antes de intervenirlo. Costumbre que llegó a las doctoras de la escuela de Salerno en el siglo XI.

Esto es lo que dice la historia, la leyenda y la literatura o el cine. Pero ¿qué hay de cierto en todo ello? ¿Qué tiene la mandrágora para haberse ganado la fama de mágica y hechicera?

La Mandragora officinarum es una planta perenne no demasiado alta, mide como mucho 30 cms. Sin embargo, la raíz, sí puede alcanzar más de un metro de longitud y como ya sabéis, puede asemejar una figura humana (¿?). Los frutos que produce, son similares a los de otras primas cercanas, en forma de bayas rojas parecidas a pequeños tomates. Aprended bien cómo es y dónde podemos encontrarla porque tiene la poca gracia de ser muy tóxica solo con tocarla. No se deben manipular hojas, frutos y sobre todo raíces, pudiendo provocar mareos, dificultad para respirar y bradicardia (ritmo cardíaco por debajo de lo normal). La encontraremos en el sur y centro de Europa, Mediterráneo y en el Campo de Gibraltar.
Ya habéis deducido que es peligroso y poco aconsejable cultivarla ¿no? Pues no lo hagáis.

La familia de las solanáceas es muy amplia. Como ya hemos comentado, dentro de ella hay especies muy importantes para la alimentación, como la patata, tomate, berenjena o el pimiento. Otras especies son ornamentales como la petunia y otras, son mundialmente conocidas por sus efectos psicotrópicos y usos medicinales. Todas tienen un componente común: son abundantes en alcaloides, incluido la solanina que le da nombre a la familia. Recordemos que los alcaloides tienen una acción fisiológica importante aún estando en bajas dosis (la nicotina es un alcaloide abundante en la planta del tabaco, pero está presente también aunque en menor concentración en patatas, tomates o berenjenas).

la raíz de mandrágora contiene alcaloides muy tóxicos, como la atropina, la hiosciamina, la escopolamina (o droga de los violadores y de la cual hablé aquí), la escopina y la cuscohigrina. Por tanto, su consumo efectivamente tiene efectos alucinógenos y narcóticos. En dosis bajas se ha usado en la medicina antigua para inducir un estado de olvido, anestésico, tratamiento de la melancolía, convulsiones, etc. Los indios americanos utilizaron la raíz como un laxante fuerte, para tratar gusanos, parásitos e inducir el vómito; la aplicaban tópicamente por sus propiedades antisépticas y calmantes del dolor. Sin embargo, en dosis elevadas, provoca estados de delirio y locura e incluso, la muerte.

Está claro que para conocer hoy en día los efectos fisiológicos y usos en medicina de algunos compuestos derivados de plantas, han tenido que pasar siglos y gente intoxicada y muerta. Las leyendas y supersticiones alrededor de la mandrágora, hoy tienen explicación.

 

 

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