En esta bella
tierra de la pasión, del fútbol, las carreras de autos, el tenis, llenar las
exposiciones de Palermo del campo y la feria del libro, y de la carne asada que despierta todos los
sentidos, en cada hogar una guitarra y alguien que la hace soñar, encontramos a
un personaje entrañable y mundialmente conocido: EL ARGENTINO.
En el país de los
contrastes y las celebraciones interminables, ser argentino es algo más que una
nacionalidad; es una forma de vida, una actitud que se lleva en el alma. ¿Cómo
convertirse en un argentino? Siguiendo este paso a paso que no falla y no olvidemos
que si revisan los países seguros para viajar, ARGENTINA es uno de ellos, según la Global Peace Index/
La amabilidad y camaradería propia del argentino es de
público conocimiento. Hacer sentir a alguien como en casa es parte de la
cultura local y las amistades son la familia que se elige. Los vínculos que se
tejen en Argentina son, probablemente, para siempre. Así se viven las amistades
en la tierra celeste y blanca: todo es motivo de celebración familiar,
cumpleaños, despedidas, casamientos, bautizos, festejos o juntadas regulares, y
si no hay motivo celebramos igual la vida ; unirse entre risas y abrazos y
gastronomía es un arte que se vive a flor de piel.
La pizza es la referencia por excelencia. La masa crocante
bañada en salsa de tomate se completa con cantidades nunca suficientes de
mozzarella, incluso hasta rebalsar los bordes y tostarse, acompañan este plato
rebanadas salame, jamón, morrones, huevos fritos o duros y mucho más.
Pero la premisa se lleva a cualquier preparación culinaria
que maride bien con el queso. Medialunas rellenas con jamón, los famosos chipás
hechos con harina de maíz y almidón de mandioca, los auténticos sándwiches de
jamón y queso, las milanesas napolitanas (un clásico que consiste en empanar
carne para freírla o hacerla al horno y coronarla con tomate y queso), las
empanadas, las tartas. Las delicias locales siempre encuentran su camino hacia
el lácteo más usado del país, sin olvidarnos de la bondiolas o matambres
rellenos de verduras, roquefort, queso tipo Mar del Plata, etc.
El mate es el compañero constante en la vida de los
argentinos. Es una infusión de yerba mate que se bebe en un cuenco en el que se
vierte agua caliente y se sorbe con una bombilla. El mate es uno solo y las
personas con las cuales se comparte beben del mismo recipiente, convirtiéndolo
en un ritual único de disfrute e intercambio de anécdotas. Se disfruta en
cualquier momento del día y es una muestra de amabilidad y amistad que siempre
es bien aceptada. Amargo o endulzado, se lleva muy bien con bizcochos y
facturas.
Hablar como un verdadero
argentino va más allá del idioma; implica adoptar un conjunto de expresiones y
giros idiomáticos característicos. En el país del Fin del Mundo, el lenguaje
cotidiano es una muestra vívida de su rica cultura y su estilo de vida único.
Si alguien dice “che”, quiere llamar la atención de algún interlocutor para
iniciar una conversación.
El “boludo” tiene doble
intención: puede usarse como un insulto, pero en el 90% de los casos es tan
solo un acompañamiento cariñoso para dirigirse a alguien con quien se tiene
mucha confianza y afecto. “Chamuyar” puede significar flirtear con alguien o
inventar argumentos poco válidos para justificar algo particular. Decir
“copado” es señalar que algo es genial. La jerga local es infinita y está
repleta de pequeños secretos repletos de sentido.
Además - y directamente
relacionado -, los argentinos son conocidos por sus gestos expresivos.
Comunicarse con las manos es un hábito inconfundible y cada gesticulación puede
ser tan elocuente como el uso de palabras.
No hay nada más argentino que un buen asado. Este
tradicional método de cocinar carne a la parrilla, al asador u horno de barro,
es una experiencia compartida que une a familiares y amigos en torno a la
preparación y el disfrute de un delicioso banquete.
El proceso implica la selección de cortes de carne de
calidad, que puede incluir asado, vacío, ojo de bife, matambre, cima, bondiola,
pechito de cerdo, entraña y achuras, chorizos y morcillas, y mas. El fuego de
leña o carbón encendido es el corazón de esta tradición, y se controla con
maestría para cocinar la carne a la perfección. La persona encargada de la
parrilla, conocida como el "asador," ocupa un lugar especial en el
evento. Mientras la carne se cocina lentamente, los familiares y amigos conversan, disfrutan de aperitivos y, por
supuesto, brindan con vino o cerveza, y “UN APLAUSO para el ASADOR” no debe
faltar. Es
un verdadero ritual.
Una característica
destacada. Los argentinos son conocidos por su habilidad para debatir apasionadamente
sobre una amplia gama de temas, desde el fútbol hasta la política, la comida y
la cultura. La pasión se manifiesta en conversaciones animadas y opiniones
fuertes. No importa si se trata de discutir cuál es el mejor equipo de fútbol,
qué plato es la verdadera representación de la gastronomía regional, o cuál es
la solución para un problema social o interplanetario; los argentinos lo hacen
con entusiasmo y convicción.
Las conversaciones
a menudo incluyen gestos expresivos y un uso distintivo de las manos para
enfatizar puntos clave. Estas discusiones pueden ser emocionales, pero rara vez
se tornan hostiles. En lugar de confrontación, la pasión se usa como un medio
para manifestar el compromiso y el interés genuino por los temas que importan.
Saludar con un beso
o un abrazo: Una de las
características más distintivas y entrañables de la cultura nacional es la
costumbre de saludar con un beso y abrazo. No importa si es familia, amigo, o
incluso si es un encuentro con alguien por primera vez: un beso en la mejilla
es el gesto de bienvenida por excelencia. Esta tradición es una demostración de
la calidez y cercanía humana que caracteriza a los argentinos. Los besos y
abrazos son una manifestación de amistad y hospitalidad, y se dan con naturalidad
y gracia.
La puntualidad no se
les da muy bien a los argentinos, y cenar temprano, tampoco. Mientras que en
otros países alrededor del mundo la hora para ingerir alimentos ronda las 7 de
la tarde, en Argentina el promedio ronda las 22 h. Además, la energía nocturna
de la vida en las ciudades y la cultura de los bares contribuyen a este hábito.
Cenar tarde no solo permite aprovechar al máximo sus días, sino que también
refleja su pasión por la vida social, con largas y animadas cenas que a menudo
se extienden hasta altas horas de la madrugada. “Esto es ser ARGENTINO, se entendió”






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