SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



viernes, 17 de mayo de 2019

El bar mas antiguo del mundo esta abierto desde el año 1725-

Sin duda si hay algo que caracteriza a Madrid es su amplia oferta gastronómica. El ocio de esta ciudad se mueve en torno a los múltiples bares y restaurantes que adornan sus calles. 

Hay para todos los gustos y paladares, ya que en la capital se cuenta con una amplia variedad de establecimientos que van desde los más rockeros hasta los más glamurosos pasando por una amplia gama de opciones.

La tradición de salir a los diferentes establecimientos hosteleros de la capital para establecer charlas, fiestas y reuniones de grandes literatos se remonta a mucho tiempo atrás. Tan atrás que Madrid es el lugar que alberga el restaurante más antiguo del mundo según el Libro Guiness de los Records.

Se trata del restaurante Sobrino de Botín Horno de Asar, un local situado en la conocida calle madrileña de Cuchilleros, 17 y abierto al público desde el año 1725. Este lugar que fue fundado por el francés Jean Botín, adquirió una fama considerable para los gatos y se convirtió en el lugar de reunión de personajes tan ilustres como Goya, Pérez Galdós, Gómez de la Serna, Truman Capote o Hemingway entre otros.
Jean Botín se caso con una asturiana con la que no tuvo ninguna descendencia. Por tanto al morir el local, que habían regentado desde que contrajeron matrimonio, pasaba a ser propiedad de sus sobrinos. Ya en 1930 el local se traspaso a la familia González Martín quien sigue dirigiéndolo actualmente.
Desde que se abrió ha servido a los clientes de forma continuada, incluso ante los bombardeos de la Guerra Civil Española este horno de asar permaneció con las puertas abiertas. De  hecho se pueden observar algunos daños causados por las balas en  uno de sus balcones.

Hoy en día al entrar se sigue respirando un aire de antigüedad que recuerda al Madrid más castizo. Sus suelos de mármol en blanco y negro, la madera roja de sus columnas, los cuadros que adornan las paredes, las vigas de madera que sujetan el techo  y las innumerables reliquias que se encuentran recargando los diferentes salones son capaces de trasladar a cualquiera hasta las casas de comidas de antaño que se daban en la capital.  

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