CON MAS de 10 mil
toneladas de frutillas, Tucumán cerró
una buena campaña productiva a pesar de las inclemencias del clima que
demoraron la siembra. Desde el INTA destacan la
importancia de combinar variedades tempranas, intermedias y tardías para
lograr una buena producción con
rentabilidad durante toda la campaña.
“La campaña
2019 de frutillas en la provincia fue buena, a pesar de que las lluvias
demoraron la siembra del otoño y posterior cosecha, que se extendió hasta fines
de diciembre”, explicó Daniel Kirschbaum, investigador del INTA Famaillá.
“A lo largo del año, las
cosechas se fueron acomodando y llegamos a tener una campaña positiva”,
reconoció y, en este sentido, indicó que “en Tucumán hubo 340 hectáreas de frutilla que produjeron 10 mil
toneladas, la mayoría comercializadas en el mercado en fresco y el resto para
industria y congelados”.
Desde el INTA recomendaron trabajar con variedades tempranas como “San Andreas”,
intermedias como “Petaluma” y tardías como “Frontera” y “Camino real” para
lograr tener una buena calidad de fruta a lo largo de todo el año.
“La
combinación de variedades permite que el productor obtenga una rentabilidad
positiva durante el año”, expresaron.
“El polo
frutillero por excelencia de la provincia es la localidad de Lules, seguido por
los departamentos de Famaillá, Monteros, Chicligasta y Tafí del Valle, siendo
esta última la única zona que produce durante el verano, en contraestación”,
aseguraron.
Con respecto
a la incidencia de plagas y enfermedades, el técnico reconoció que “fue un año bastante tranquilo, sin graves daños, a pesar de haber
registrado botryitis, antractnosis y macrophomina”.
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