Los coches
eléctricos se han vuelto cada vez más populares y usados en el mundo actual,
tanto en el ámbito comercial como en el particular. Estos autos, claramente,
tienen características que los distingues de los convencionales, ya que su
principal diferencia es que en lugar de requerir combustible trabajan con
electricidad.
Estos vehículos necesitan de componentes
y recambio para coches específicos para
su funcionamiento. Sin embargo, no todos los modelos de coches eléctricos son
iguales, aunque tienen algunas partes o elementos en común dentro de su
fabricación.
Componentes de un coche eléctrico.
El motor.
En primer lugar, los coches eléctricos
(como todos) cuentan con un motor, o varios. Dependiendo del modelo de vehículo
en cuestión, requerirá uno o más motores. Su trabajo es convertir la energía de
corriente alterna que viene de la red eléctrica en corriente continua, para de
ese modo lograr cargar la batería del vehículo.
Batería.
Todo coche necesita de una batería para
su actividad. Aunque existen una variedad de baterías, las más utilizadas o
ideales para estos coches son las de litio-ion. Lo que las vuelve las más
eficaces es que no poseen memoria, pueden soportar muchos ciclos de carga y
además son duraderas. tas baterías se encargan de almacenar la energía que le
conceden al cargador (que se conecta a una red de corriente alterna) en forma
de corriente continua.
Esta pieza es el elemento del que se alimenta todo el
vehículo eléctrico, por lo tanto en los coches que cuentan con un motor
eléctrico de corriente continua, esta batería va conectada directamente al
motor, pero si el coche eléctrico tiene un motor de corriente alterna, la
batería se conecta a un inversor (el cual se encarga de transformar la corriente
continua en alterna).
Cargadores a bordo.
Para los coches eléctricos, esta parte
es elemental para su funcionamiento, ya que dirige el proceso de carga cuando
no se utiliza un punto de recarga rápida. En ellos, cuando se realiza la carga
en corriente continua, la propia estación es la que hace gestión del proceso.
Inversores.
Este es otro de los componentes de un
coche eléctrico que se hace fundamental. Su trabajo en el sistema del vehículo
es transformar la corriente continua, que proviene de la batería de tracción,
en la corriente alterna que requiere el motor para que pueda trabajar. La
electrónica que posee controla la frecuencia y la intensidad de la salida de la
energía, a la vez que varía la velocidad en la que el motor gira y la potencia
de acuerdo a la solicitud del conductor en cada momento.
Controladores.
La función de los controladores en un
automóvil eléctrico es revisar o comprobar el funcionamiento correcto por la
eficiencia y seguridad, además de que regulan la energía que el motor recarga o
recibe.
Puerto de carga.
Bastante simple, esta parte no es más
sino el punto por el que se carga la batería del coche, en líneas más
sencillas, se trata de un simple enchufe como cualquier otro que tiene tal
importante tarea.
En términos generales, tener un coche
eléctrico puede resultar bastante beneficioso para sus propietarios,
ya que por un lado, estos vehículos cuentan con distintas ventajas fiscales,
entre las que encontramos la reducción de varios impuestos de matriculación o
vehículos de tracción mecánica. Asimismo, ayudas y subvenciones dependiendo de
tu país.
Otras de las ventajas de tener
un vehículo eléctrico es, entre otras cosas, que reduce la
contaminación acústica (un motor eléctrico es mucho menos ruidoso que uno de
combustible), no emiten contaminantes a la atmósfera y disminuye las emisiones
de CO2 que la dañan, los motores son más económicos pero igual de potentes y
son más eficientes y de menos consumo (la eficacia de los coches eléctricos
gira en torno al 90% frente al 30% de los convencionales) y al consumir menos
se ahorra más, ya que requiere menos energía para el mismo esfuerzo.
Es necesario realizar un adecuado mantenimiento de todos los vehículos incluido de los neumáticos.
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