Hoy en Experiencias con Arte hablaremos de este estilo pictórico
que también tuvo sus manifestaciones en arquitectura, escultura, música, y en
general en todas las artes.
Después del idealismo
en las formas de los siglos del Renacimiento, el barroco se impone
desde finales del siglo XVI donde la proporción renacentista y la aplicación
del color ya da sus primeros coletazos manieristas, y se impone con fuerza
durante todo el siglo XVII.
En el Barroco comienzan a reflejarse los estados de ánimo
generalizados de una sociedad que atraviesa por fuertes tensiones religiosas.
Hablamos de los tiempos en los
que tras el peligro de la Reforma Protestante, la Iglesia Católica trata de
reafirmarse con hitos como el Concilio de Trento que tiene lugar en 1563.
Por esto los temas religiosos
exaltando la fe católica están a la orden del día en estos años, salvo en
aquellos territorios de mayoría protestante como Holanda.
En pinturas de los países bajos
el centro de las miradas barrocas se pone en las clases medias, los incipientes
comerciantes y banqueros.
¿Cuáles son las características de la pintura Barroca?
Estos son los rasgos comunes
con los que cuentan las pinturas de este momento:
- Las formas pasan a ser mucho más voluminosas y exageradas, tanto a lo ancho como a lo largo. El movimiento de las
figuras es más extremo, sin la armonía pausada que nos transmitía el
Renacimiento. Los pintores barrocos más extremos llevan a sus figuras al
patetismo o a un dramatismo nunca antes visto.
- La pintura se caracteriza por su tenebrismo, creándose los espacios en función de la hegemonía de la
luz. Los contrastes y claroscuros se adueñan del cuadro dirigiendo la
composición y la mirada del espectador.
- Mientras en el Renacimiento
se esfuerzan por dar una imagen idealizada en la pintura, en el período Barroco se recurre al
naturalismo, sin evitar los toques de realidad, la
representación de la pobreza, la vejez, o incluso se pone de moda el
retrato de las personas feas o con taras físicas.
- Los temas predilectos de la pintura Barroca son los temas
religiosos, y las escenas mitológicas de la antigüedad Grecorromana. En este momento se mantiene la moda renacentista del
retrato, pero desde una óptica más real. Ya no se busca ensalzar al
retratado, sino mostrar su realidad. Es en este momento cuando
surgen los bodegones y naturalezas muertas, y también las vanitas, que son
reflexiones sobre lo efímero de la existencia y la inutilidad de los
placeres mundanos frente a la amenaza de una muerte inevitable, que pondrá
a todos al mismo nivel.
- Por último, es esencial
destacar cómo en el Barroco el
color se impone frente al dibujo, el pintor ya no marca
los contornos definiendo a la perfección los límites de la pintura. Estos
límites los deciden ahora sus sueltas pinceladas. Se liberan de la
dictadura de la simetría renacentista, disponiendo de los elementos con
mayor libertad y movimiento.
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