El gusano de seda (Bombyx
mori) originario de China, es el único insecto com‐ pletamente domesticado
que existe. Según la tradición china, la seda se descubrió en el año 2640 a.
C., en el jardín del emperador Huang Ti. De acuerdo con la leyenda,
Huang Ti pidió a su esposa Xi Lingshi que averiguara qué estaba acabando con
sus plantas de morera. La mujer descubrió que eran unos gusanos blancos que
producían capullos brillantes.
Al dejar caer
accidentalmente un capullo en agua tibia, Xi Lingshi advirtió que podía
descomponerlo en un Fino filamento y enrollar éste en un carrete. Había
descubierto la seda, secreto que mantuvieron bien guardado los chinos durante
los siguientes 2000 años. La ley impe‐ rial decretó que todo aquel que lo
revelara sería torturado hasta morir.
La cría del gusano de seda para la obtención
de las seda, recibe el nombre de sericicultura. Las hojas de morera son el
alimento para su corta vida y les aporta el almidón que transforman en una
hebra, que puede alcanzar los 1 500 metros de longitud en cada capullo.
Sin embargo, 500 metros de
hebra apenas alcanzan a pesar 130 miligramos de seda; por lo que cada metro,
convertido en miligramo, resulta ser sumamente caro en valor monetario y en
esfuerzo. Los gusanos de seda se crían en la primavera, cuando los huevecillos
de la temporada anterior, que han sido guardados en un lugar fresco, se incuban
tan pronto como brotan las hojas de las moreras.
Durante unas semanas de
intensa actividad. Los gusanos comen hojas continuamente llegando a
aumentar su peso 10.000 veces. Los primeros emperadores ordenaron la
propagación de esta actividad y, a menudo, dictaban decretos y órdenes para
proteger y recordar a la corte sus obligaciones y atencio‐ nes con la sericicultura.
Durante muchos años, los chinos lograron conservar el secreto de la producción
de la seda por medio de medidas sumamente drásticas, aplicaban hasta la pena de
muerte a quien se atreviera a sacar de su territorio huevecillos, gusanos o
mariposas de la especie.
Cuando el emperador romano
Justiniano (483‐
565 d.C.) tuvo la idea de enviar a monjes para predicar el cristianismo por
oriente, en el año 550 d.C. conocie‐ ron los procedimientos para la crianza del
gusano y la producción de la seda. Los monjes introdujeron semi‐ llas de morera y
huevecillos del gusano de seda en el hueco de sus bastones de bambú, logrando
así burlar la vigilancia sobre esta especie y sacarla hacia su territorio. De
Grecia la sericicultura se ex‐
tendió a los países de Asia y África del Norte; más tarde llegó a Europa, donde
Italia, Francia y España, obtuvieron excelentes resultados, y a quienes se les
reconoce, hasta la fecha la finura de sus sedas.
El ciclo evolutivo del
gusano de seda dura alrededor de 60 días y comprende varias etapas: nacimiento,
desarrollo de la larva, metamorfosis, salida del capullo (mariposa), aco‐ plamiento, puesta de
huevos y muerte. El nacimiento del gusano puede ser retardado por el hombre a
través de técnicas de estivado, hibernación e incubación. Durante la fase del
desarrollo de la larva se produce hasta cinco veces la muda com‐ pleta del tejido que
constituye el revestimiento externo del cuerpo. Este proceso es muy importante
y delicado ya que permite la evolución del cuerpo creando condiciones que per‐ miten a la larva aumentar
en su dimensión, de otra forma le imposibilitaría crecer por causa de la escasa
elasticidad del tejido debido a una sustancia llamada quitina. El momento de la
muda se reconocer fácilmente mediante un movimiento en el que levanta la parte
delantera y oscila la cabeza
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