Suena a poesía pura
pero es algo que hace tiempo veníamos sospechando y es que estamos (casi)
hechos de la misma materia de las que están hechas las estrellas. La posibilidad de estar literalmente conformados por "polvo
de estrellas" es una de las ideas más científicamente poéticas que se ha
cultivado. A través de los siglos más de una voz advirtió esta constitución
sideral en el ser humano: "Sé humilde pues está hecho de tierra. Sé noble
pues está hecho de estrellas ", reza un antiguo proverbio serbio.
A principios del siglo XX Aleister Crowley promovía la
idea de que "cada hombre y cada mujer es una estrella", mientras que
en los tiempos más próximos, el rockstar del cosmos, Carl Sagan, advirtió:
"El cosmos está también dentro de nosotros. Estamos hechos de la misma
sustancia que las estrellas".
Si bien desde hace décadas la ciencia ya había insinuado
la veracidad de esta idea, en 2010 un profesor de astronomía de la Universidad
de Arizona, Chris Impey, fue categórico al confirmar que toda la materia
orgánica que contiene carbono, se produjo originalmente en las estrellas.
El lienzo más antiguo del universo
estuvo conformado principalmente por helio e hidrógeno, mientras que el resto
de los componentes se crearon, y diseminaron, vía explosiones de supernovas –y
así llegaría este polvo de estrellas a la Tierra. Todos los átomos pesados,
incluidos oxígeno, nitrógeno y carbono, es decir buena parte de nuestra materia
prima, fueron creados por una generación anterior de estrellas, latentes hace
unos 4,500 millones de años.
Somos, casi por completo, polvo de
estrellas:
Un análisis reciente de la información obtenida mediante
el programa de exploración Sloan Digital Sky Survey, logró ubicar en 150 mil
estrellas dentro de la Vía Láctea, los elementos que fungen como materia prima
de la vida en la Tierra (carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y
sulfuro). Lo anterior arrojó la conclusión de que el 97% de la masa del cuerpo
humano está conformada por materia procedente de las estrellas.
“Por primera vez podemos estudiar la distribución de
elementos a lo largo de la galaxia. Los elementos que medimos incluyen a los
átomos que conforman el 97% de la masa del cuerpo humano” afirmó en un
comunicado de prensa del SDSS Sten Hasselquist, de la Universidad Estatal de
Nuevo México.
¿Qué se siente estar hechos de
estrellas?
La posibilidad de intimar en el más profundo de los
planos, la constitución misma, con seres que generalmente percibimos tan
distantes e impersonales como los astros, tiene importantes implicaciones en la
forma en la que nos auto-concebimos, así como en la manera en la que entendemos
nuestra relación con el cosmos. El precepto cultural de que todo lo que “está
allá afuera”, empezando por la naturaleza, existe aparte de mi, pareciera
desplomarse, incluso racionalmente, si consideramos que estamos literalmente
constituidos de materia astral.
Acariciar el cosmos
Llevando el juego reflexivo unos pasos más allá, podemos
insinuar que al palpar a alguien estamos acariciando al cosmos, y que al
contemplarnos al espejo hay en ese reflejo mucho más de lo que creemos. Además,
y de la mano de otra premisa de Sagan que sentencia: “Somos polvo de estrellas
que piensa acerca de las estrellas”, llegamos a la posibilidad de que somos
estrellas auto-disfrutándose, o incluso podemos cortejar la idea de que
contemplar las estrellas sea un ejercicio de introspección –lo cual por cierto
hace aún más sugestiva nuestra existencia–.
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