Un equipo de psicólogos en Estados Unidos ha
determinado que las peleas o discusiones regulares en una relación de pareja
pueden favorecer la longevidad de sus integrantes, pero solo si los impulsos
emocionales de los cónyuges son simétricos o ambos regulan mutuamente su
comportamiento.
El estudio que condujo a
los especialistas de la Universidad de Arizona a este resultado buscaba ver
cómo el “afrontamiento de la ira” afectaba la mortalidad. Los psicólogos
observaron las discusiones de 192 parejas e hicieron un compendio de las
conclusiones de su análisis en una publicación en la revista Psychosomatic
Medicine.
Tanto hombres como
mujeres corrían un mayor peligro de muerte temprana cuando sus formas de
reaccionar ante el enojo del cónyuge eran muy distintas a las de su pareja. El
grado de discordancia entre estas dos formas de reaccionar puede ser una
valiosa señal a largo plazo del riesgo de mortalidad prematura en personas
casadas, explica el estudio.
No reprimir los
sentimientos
Las parejas que exteriorizan lo que cada uno siente poseen el menor riesgo de
muerte temprana: un 24% para el hombre y el 18% para la mujer. Sin embargo, la
moderación de la conducta por parte de cada miembro respecto al enfado del otro
también ayuda a prolongar la vida.
Por el contrario, si
cualquiera de los dos suprime la ira buscando reconciliarse cuanto antes, el
peligro de muerte aumenta al 51% en el hombre y al 36% en la mujer. Las
diferencias de respuesta ante una pelea hacen que las discusiones se vuelvan
cada vez más frecuentes con el tiempo.
“Es posible que uno de
los cónyuges desee tener más desacuerdos, mientras que el otro no, dejando a
ambos insatisfechos con la forma en que se manejan sus conflictos. Esto podría
resultar en más estrés diario que afectaría la salud de las dos personas a
largo plazo”, detalló el psicólogo Kyle Bourassa, quien dirigió el estudio
citado por Daily Mail.
Así entonces, las
parejas que mejor concuerdan con sus formas de discusión terminan generando
menos conflictos en comparación con otras. Esta adaptación se traduce en un
mejor estado de salud, sugieren los científicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario