¿QUIEN
SE QUEDA CON EL VERDADERO DINERO SIN SEMBRAR NI COSECHAR, CREANDO PRECIOS INALCANZABLES PARA EL CONSUMIDOR?
Cuando hablamos de alimentos…
¿Qué es lo primero en lo que pensamos? ¿En el agro? ¿En un productor en su
huerta? ¿En un supermercado? ¿En una hamburguesa? ¿En un comercio de comida
rápida? ¿En un delivery? ¿En una verdulería? ¿En un restaurante?
Quizás
ninguna respuesta sea la correcta para la pregunta, pero sí hay algo claro y es
que el productor agropecuario por más que sea el
eslabón primario de una cadena interminable, poco o nada tiene que ver con el
precio de los alimentos.
Para poner un ejemplo, y
según los datos del último informe de Federación
Agraria Argentina (FAA), en el mejor de los casos el productor recibe el 26,46% de lo que un
consumidor paga por un melón.
Sí,
así como leen. Si un kilo de melón se vende en una verdulería a 100 pesos, el
productor agropecuario solo recibirá poco más que la cuarta parte de eso, o
sea, 26 pesos. ¿Quién se queda con los
74 pesos restantes?
De
este dato se desprende un reclamo y advertencia de las entidades agropecuarias: “Los productores NO son formadores de precios”.
Siguiendo
con el análisis de FAA, éste señala que “en muchos casos, el porcentaje de
incidencia del valor que cobran los productores sobre
el precio en góndola no llega al 10%, como se puede ver en el caso de las
bananas (7,75%), las aceitunas (7,81%), la pera (8,38%) o la manzana (9,13%)“.
Como se puede ver en la
infografía, sólo el durazno tiene un proceso de industrialización entre que se
cosecha y se come. Es decir, que sólo para
el caso del durazno hay un eslabón más que es la industria, pero en el resto de
los alimentos no está.
“Otros, como el vino tinto, es del 12,94%, mientras que en la papa es del
23,53%, el durazno para industria y fresco coinciden en un 20,44%, el zapallito
verde, 25,25% y el melón, 26,46%”, agrega la Federación, y
por ello afirma: “Claramente los productores no somos formadores de precios,
por el contrario, somos perjudicados,
tanto como los consumidores, por las distorsiones que hay en las cadenas”.
Quizás, en la Argentina sea más importante
quien lleva los alimentos que quien los produce. Quizás el Estado también sea
más importante en la alimentación de la población que quien produce esos mismos
alimentos. Y quizás, en el Reino del Revés, nada el pájaro y vuela el pez.
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