Científicos de la Universidad
Estatal de Utah (USU) en Estados Unidos identificaron los efectos de los
factores estresantes abióticos que se encuentran en las raíces de los cultivos
de trigo y que podrían fortalecer su defensa contra el estrés ambiental. Utilizaron la
espectroscopia Raman, en asociación con un algoritmo de aprendizaje automático,
para estudiar las vesículas de la membrana externa (OMV) liberadas por una
bacteria que se encuentra en las raíces del trigo que crece en tierras secas.
Sobre la metodología, Elizabeth Vargis, profesora asociada de
ingeniería biológica en la USU, explica que “podríamos haber hecho muchos
ensayos costosos para descubrir todas estas características”. Sin embrago, el uso de
la espectroscopia Raman junto con un algoritmo de aprendizaje automático les
permitió identificar el tipo de estrés que experimentaban las bacterias al
liberar estos OMV y los cambios de composición dependientes del estrés en
ellos. Estos cambios observados tienen implicaciones para
la comunicación de célula a célula y la comunicación de bacteria a planta, que
son esenciales para comprender mejor el microbioma.
Los científicos refirieron al microbioma que se encuentra en la
planta como su “segundo genoma”. Han identificado el tipo de estrés necesario
para que las bacterias liberen OMV. Según han explicado, las bacterias forman una
película alrededor de las raíces del trigo cuando se exponen a un calor extremo
que protege el cultivo de la sequía. Los científicos
podrían fortalecer más la respuesta de estas bacterias agregando
micronutrientes. El estudio también mostró que el estrés es esencial y se puede
utilizar en la supervivencia de la planta frente a condiciones de calor extremo.
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