Con 44 años de historia, Rizobacter es líder en
inoculación. El crecimiento se refleja también en su progresiva presencia
internacional.
Como parte de su
estrategia de crecimiento, hace 10 años la empresa líder en microbiología agrícola se propuso que el 30 % de su
facturación provenga del mercado internacional. En el
recorrido de ese camino, actualmente se posiciona con la mayor participación de mercado en el nicho de inoculantes para soja a
escala global.
Si
bien la tasa de adopción de la práctica de inoculación es muy alta en la
Argentina –hoy se trata alrededor del 90% de las
semillas–, no sucede lo mismo en todos los países. Entre
los mayores adeptos a esta práctica se encuentran Brasil, Paraguay, Uruguay,
Bolivia y, en latitudes no tan cercanas, Ucrania, Rusia, Rumania y Canadá. En
menor medida, pero de manera creciente, se destacan Estados Unidos, Sudáfrica y
Turquía. Por lo tanto, el mercado potencial es
más que interesante para una empresa que históricamente apostó a la
microbiología agrícola. Sin ir muy lejos, en el presente abarca el
60 % del mercado africano.
Si bien se trata de un
insumo tradicional en la agricultura argentina, no por eso es
menos desafiante incrementar los niveles de innovación para resolver constantes
desafíos. De hecho, es notable cómo la tecnología y calidad
aplicada a este insumo se ha profundizado significativamente en los últimos 20
años. Desde desarrollos vinculados a la supervivencia
bacteriana que hoy brindan la
posibilidad de realizar tratamientos 220 días antes de la siembra, tecnologías
de osmoprotección de las bacterias, hasta la inclusión de bioinductores
y bacterias resistentes a estrés hídrico, hicieron que Rizobacter agregue cada vez más valor
a esta tecnología.
La
investigación es una de las grandes banderas de esta empresa que, gracias a la calidad y al demostrado desempeño, ha logrado ganar terreno
en el mundo hasta llegar a convertirse en líder de mercado frente
a competidores internacionales reconocidos y de primera línea.
“Las
expectativas de crecimiento responden a varios factores. Estos productos son amigables con el medioambiente, previenen la degradación de los
suelos, son más económicos y seguros para el productor, mejoran la calidad y
rendimientos de los cultivos e, integralmente, favorecen a una agricultura
regenerativa. A su vez, estas ventajas se combinan con la
mayor demanda de alimentos, las mayores exigencias regulatorias de los países
que promueven disminuir el uso de químicos y las exigencias del propio
consumidor”, explica Matías Gorski, gerente
global de Productos Biológicos de la compañía.
ENTRE LAS PRIMERAS CINCO DE BIOLÓGICOS EN EL MUNDO
En 2021, Rizobacter
desembarcó en Australia y Kazajistán, que se suman a otros países también
recientes: Serbia, Croacia, Hungría, Malawi, Ganha y Chile. Actualmente, su
presencia internacional asciende a 45 países y
se encuentra entre las primeras cinco
empresas de biológicos del mundo, con un mismo desafío
compartido: ampliar su paleta de productos biológico (biofungicidas,
bioinsecticidas, bioestimulantes, inoculantes para otros cultivos diferentes de
la soja, entre otros) y consolidar una oferta integral.
“Hoy
son muchos los desafíos, pero también las oportunidades. Los resultados son más seguros y sustentables. Hay que trabajar en
multiplicar los productos para poder tener mayor alcance”, señala Gorski.
Desde marzo de 2020 al presente, Rizobacter obtuvo 56 nuevos registros
internacionales y, recientemente, logró la solicitud de
registro de Rizoderma, el curasemilla biológico
desarrollado junto con el INTA, en la Unión Europea. Esto
significa que pronto, esta tecnología que ya es utilizada por los productores
argentinos, se convierta en el primer
biocontrolador fúngico de industria nacional que se comercializará en Europa, donde
la regulación es considerablemente estricta.
BENEFICIOS DE LOS INOCULANTES
- Mayores rindes.
- Aportan el 70 % del nitrógeno requerido por el cultivo.
- Menor costo: son 50 veces más económicos que
la fertilización química.
- 100 % biológicos.
- Nulo riesgo de manipulación.
- No contaminan.
- Están formulados a base de microorganismos
benéficos.
- A diferencia de los fertilizantes
tradicionales, las condiciones del mercado de algunos commodities no
afectan su valor.
- No tienen impacto sobre las aguas subterráneas.
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