El INTA presentó dos nuevas variedades de maní/2021-
Se
trata de ASEM 353 y ASEM 450-RS, dos cultivares que se destacan por tener buen
potencial de rendimiento, alto contenido de ácido oleico, resistencia a
enfermedades y permiten siembras tempranas o tardías en una gran variedad de
ambientes.
La
Argentina es el primer país exportador de maní y el séptimo productor mundial.
En la campaña 2020 la producción manisera alcanzó un total de 840 mil toneladas
y recaudó 1070 millones de dólares. Los principales destinos fueron Europa y
Rusia.
A partir de 2015, el sector comenzó a
crecer de forma exponencial. "Esto se debe a la demanda internacional
estable y sostenida, la extensión del cultivo hacia nuevas zonas y las mejoras
tecnológicas", indicó Jorge Baldessari, especialista en mejoramiento genético
de maní del INTA Manfredi -Córdoba-.
En este sentido, y en línea con la
necesidad de seguir ganando mercados, un equipo de especialistas del INTA
Manfredi -Córdoba- presentó dos nuevas variedades de maní: ASEM 353 y ASEM
450-RS. "Ambos cultivares, aprobados recientemente por el Instituto
Nacional de Semillas (INASE), buscan dar respuesta parcial a problemas típicos
del área manisera núcleo, como los veranos cortos, la necesidad de demorar el
enranciamiento y la presencia de hongos de suelo en muchos lotes", explicó
Baldessari.
ASEM 353 es un grano runner de tamaño
mediano-grande y tegumento castaño claro. Está indicada para el sur de Córdoba,
norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires, donde los veranos son más cortos.
Sembrada en zona núcleo y fecha temprana, permite iniciar la cosecha
anticipadamente, facilitando la logística, la recepción y el almacenamiento.
"Se caracteriza por el alto
contenido de ácido oleico, lo cual demora el enranciamiento del grano e
incrementa la vida útil de los productos de maní en la góndola", expresó
Baldessari.
Por su parte, ASEM 450-RS ocupa el
segmento de los cultivares de ciclo largo, pero agrega resistencia a
Sclerotinia en lotes con histórica de presencia de este hongo. De tamaño
mediano y tegumento rosado claro y con "excelente potencial de
rendimiento, muestra gran performance en todos los ambientes", recalcó el
especialista del INTA.
De acuerdo con la Cámara Argentina del
Maní, el consumo local es de aproximadamente un kilo per cápita por año, en
todas sus presentaciones. Los especialistas recalcan que la demanda va en
aumento debido a una tendencia hacia el consumo de alimentos saludables y la
capacidad para reemplazar otros productos más caros, como las nueces.
Casi el 90 % de la producción nacional
se produce en suroeste de Córdoba y el resto se distribuye entre San Luis, La
Pampa y otras provincias (Buenos Aires, Jujuy, Santa Fe y Salta).
El maní es el fruto de una planta
herbácea y anual -Arachis hypogaea- nativa de América Latina y de la familia de
las leguminosas. En el país la mayoría de los cultivares disponibles son del
tipo runner y, de acuerdo al lugar y a la fecha de siembra, es posible elegir
entre ciclo largo (150-160 días a cosecha) o ciclo corto (140-150 días a
cosecha).
Un poco de historia
El "Maní de Córdoba" según su
Designación de Origen obtenida en 2012, es reconocido mundialmente por sus
variedades de alto contenido de ácido oleico en su aceite. Una característica
muy deseada por los mercados compradores, ya que la elevada relación ácido oleico-linoleico
otorga a estos maníes mayor perdurabilidad de los caracteres organolépticos
deseables.
Además, presenta un contenido de calcio
y de azúcares total mayor que el de sus competidores, así como una buena
proporción de proteínas.
El INTA Manfredi cuenta con una larga
trayectoria en investigación en maní. Fue gracias a los estudios realizados
durante 15 años por el Laboratorio de Calidad de Granos, que el aceite de maní
quedó incluido en las exigencias de estándares de calidad de la Norma Codex que
rige a nivel comercial nacional e internacional.
Asimismo, el Banco de Germoplasma de
maní, del INTA Manfredi, es de importancia a nivel mundial por número de
muestras y la gran variabilidad genética que contiene.
"Las líneas de investigación
actuales se centran en las prácticas de manejo, efectos de los Promotores de
Crecimiento sobre el rendimiento, mejoramiento genético, evaluación de los
efectos de diversas enfermedades y del ambientales sobre la calidad química del
maní", mencionó Ricardo Haro, investigador en ecofisiología de cultivos e
integrante de la misma unidad del INTA.
El programa de mejoramiento genético
trabaja continuamente en desarrollar materiales que den respuesta a los
problemas comunes de los productores, centrándose en variedades precoces de
tipo comercial runner (el más requerido a nivel internacional), con alto
contenido de ácido oleico en el grano y resistencia a patógenos.
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