En un mundo donde la
sostenibilidad y la innovación se entrelazan para buscar soluciones, Edmundo
Ramos, un ingeniero jubilado cordobés de 67 años, ha dado un paso impresionante
hacia la movilidad sostenible.
De basura a combustible: La odisea de un inventor:
Edmundo transformó su Ford Falcon Ranchera de 1983
para que funcione, nada más y nada menos, que con basura. Sin necesidad de
utilizar derivados del petróleo y, lo que es aún más sorprendente, sin
modificar el motor. Y el resultado fue impresionante: con 15 kg de residuos, la
camioneta puede recorrer hasta 100 km y alcanzar velocidades de hasta 115 km/h.
En medio de preocupaciones crecientes sobre la
contaminación y el agotamiento de los recursos fósiles, Edmundo encontró una
solución sostenible y amigable con el medio ambiente. Al reflexionar sobre la
dependencia del petróleo, surgió la inspiración: «Siempre
pensé en la movilidad ligada a los combustibles fósiles como si fueran eternos.
Eso me llevó a buscar alternativas«, compartió Edmundo.
Gasura: Una revolución sostenible:
Lo que hace especial a este sistema es su simplicidad.
«Usé basura seca, la encendí y en 10 minutos ya
tenía el tanque lleno«, comenta. Para crear su gasificador, Edmundo
utilizó un tambor metálico con una tapa y dos agujeros. Lo mejor de todo es que
este invento es replicable, por lo que cualquiera puede aprovecharlo en su
hogar.
Su invento ha traspasado fronteras, con personas en
Suecia, Estados Unidos, África, Paraguay, Bolivia y Birmania, usando y
adaptando su sistema para diversas aplicaciones. En Birmania, incluso, se
estableció una fábrica para producir estos gasificadores, proporcionando empleo
y energía a toda una comunidad.
Más que una
simple alternativa al combustible:
Pero Edmundo no solo busca proporcionar una fuente de
energía. La visión detrás de su proyecto es combatir dos problemas: la
dependencia del petróleo y la acumulación de desechos. “El
petróleo se acaba, pero la basura no. Y si seguimos así, estaremos enterrados
en ella”, advirtió.
El «Gasura», como lo ha denominado, es una mezcla de
monóxido de carbono, hidrógeno y oxígeno producido por la termólisis de la
basura a 1700ºC, con el añadido de unas gotas de agua. Un sistema que no solo
evita la emisión de gases contaminantes, sino que también aporta un 20% de
oxígeno al ambiente.
Un viaje que marcó la diferencia
Para demostrar la eficacia de su innovador sistema,
Edmundo y su pareja Fabiola emprendieron un viaje de 5.000 km desde La Quiaca
hasta Cabo Vírgenes, usando solo residuos orgánicos como combustible.
Edmundo, con su espíritu altruista, comparte su
descubrimiento con el mundo a través de su página web, donde ofrece un manual gratuito para que cualquiera
pueda fabricar su propio vehículo movido por basura. «Lo hago porque el que no vive para servir, no
sirve para vivir«, concluyó con pasión.
n tiempos de
crisis climática, es inspirador encontrar visionarios como Edmundo Ramos,
dispuestos a contribuir a un futuro más sostenible para todos. La basura, esa
que parece no acabarse nunca, podría ser el combustible del futuro.
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