ARA,
desarrollado por Ecorobotix, es un pulverizador agrícola de alta
precisión diseñado para la aplicación de herbicidas, fungicidas, insecticidas y
fertilizantes, reduciendo el uso de productos químicos hasta en un 95%. Este
avance tecnológico no solo mejora la rentabilidad de las explotaciones
agrícolas, sino que también cumple con las normativas medioambientales,
contribuyendo a una agricultura más sostenible.
ARA:
Pulverizador de alta precisión y sostenibilidad en la agricultura
Características
Técnicas del ARA
El pulverizador ARA tiene
un diseño remolcable de 6 metros de ancho y se desplaza a una velocidad de
hasta 7 km/h, cubriendo una superficie de 4 hectáreas por hora. Equipado con 6
cámaras integradas y un algoritmo avanzado impulsado por inteligencia
artificial, ARA puede detectar y reconocer cada planta de manera individual,
permitiendo una pulverización ultradirigida. Esto se logra a través de una fila
de 156 boquillas espaciadas a 4 cm, que aplican el tratamiento seleccionado a
cada planta con una precisión milimétrica de 6×6 cm.
Beneficios Medioambientales
El uso del ARA en las explotaciones agrícolas trae
consigo múltiples beneficios medioambientales:
·
Reducción significativa de
productos químicos: Gracias a su alta precisión, ARA permite reducir
el uso de fertilizantes, herbicidas y fungicidas en hasta un 90%, preservando
la calidad del suelo y los ecosistemas vecinos.
·
Minimización del impacto por
deriva: La aplicación localizada reduce la dispersión de
químicos causada por el viento, protegiendo las áreas circundantes.
·
Mejora en la regeneración del
suelo: Al disminuir la cantidad de productos aplicados,
se fomenta una mayor regeneración del suelo, aunque aún no se ha cuantificado
un aumento preciso en los rendimientos de los cultivos.
·
Ahorro en productos
fitosanitarios: La reducción en el uso de productos químicos
supone un ahorro considerable, que se traduce en una mejora de la rentabilidad
de hasta un 30%, dependiendo del tipo de explotación.
·
Amortización rápida: El equipo se amortiza en un plazo de entre tres y cuatro años, en
explotaciones de entre 300 y 500 hectáreas. Además, en algunas regiones se
puede acceder a subvenciones, lo que facilita la inversión inicial.
· Aumento en el valor de los cultivos: La mejora en la calidad de los cultivos tratados con ARA incrementa su valor en el mercado, proporcionando mayores ingresos para el agricultor.
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