RESUMEN ANTROPOLÓGICO: El Concilio de Nicea
tuvo lugar en el año 325 por orden del emperador romano César Flavio
Constantino. Nicea estaba situada en Asia Menor, al este de Constantinopla. En
el Concilio de Nicea, el emperador Constantino presidió un grupo de obispos y
otros líderes de la iglesia con el propósito de definir la naturaleza de Dios
para toda la cristiandad y eliminar la confusión, la controversia y las disputas
dentro de la iglesia.
El Concilio de Nicea afirmó rotundamente la
deidad y eternidad de Jesucristo y definió la relación entre el Padre y el Hijo
como "de una sola esencia". También afirmó la Trinidad: el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo fueron considerados como tres personas iguales y
eternas.
El principal problema teológico había sido
siempre el de Cristo. Desde el final de la era apostólica, los cristianos
habían comenzado a debatir estos temas: ¿Quién es Cristo? ¿Es más divino que
humano o más humano que divino? ¿Fue Jesús creado o engendrado? Siendo el Hijo
de Dios, ¿es co-igual y co-eterno con el Padre, o es inferior al Padre? ¿Es el
Padre el único Dios verdadero, o son el Padre, el Hijo y el Espíritu el único
Dios verdadero?
Un sacerdote llamado Arrio presentó su
argumento de que Jesucristo no era un ser eterno, que fue creado en un momento
determinado por el Padre. Obispos como Alejandro y el diácono Atanasio
argumentaron la postura contraria: que Jesucristo es eterno, al igual que el
Padre. Era un argumento que enfrentaba al trinitarismo con el monarquismo.
Constantino instó a los 300 obispos del concilio a
tomar una decisión por mayoría de votos que definiera quién es Jesucristo. La
declaración de doctrina que produjeron fue una que todo el cristianismo seguiría
y obedecería, llamada el "Credo de Nicea". La iglesia mantuvo este
credo y el emperador lo hizo cumplir. Los obispos en Nicea votaron para hacer
que se aceptara la deidad absoluta de Cristo como posición de la iglesia. El
Concilio de Nicea defendió la doctrina de la verdadera divinidad de Cristo,
rechazando la herejía de Arrio. El concilio no inventó esta doctrina. Más bien,
sólo reconoció lo que la Biblia ya enseñaba.
El Nuevo Testamento enseña que hay que adorar a
Jesús el Mesías, es decir, que Él es igual a Dios. El Nuevo Testamento prohíbe
la adoración de los ángeles (Colosenses 2:18; Apocalipsis 22:8, 9) pero ordena la adoración de Jesús. El apóstol
Pablo nos dice que "en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad" (Colosenses 2:9; 1:19). Pablo declara a Jesús como Señor y como Aquel a
quien la persona debe orar para salvarse (Romanos 10:9-13; cf. Joel 2:32). "Jesús es Dios sobre todo" (Romanos 9:5) y nuestro Dios y Salvador (Tito 2:13). La fe en la deidad de Jesús es básica en la
teología de Pablo.
El Evangelio de Juan declara que Jesús es el Logos
divino y eterno, el agente de la creación y la fuente de vida y luz (Juan 1:1-5,9); "el Camino, la Verdad y la Vida" (Juan 14:6); nuestro abogado ante el Padre (1 Juan 2:1-2); el Soberano (Apocalipsis 1:5); y el Hijo de Dios desde el principio hasta el final (Apocalipsis 22:13). El autor de Hebreos revela la deidad de Jesús mediante Su
perfección como sumo sacerdote (Hebreos 1; Hebreos 7:1-3). El Salvador divino-humano es el objeto de fe, esperanza y
amor del cristiano.
El Concilio de Nicea no inventó la doctrina de la deidad de Cristo. Al contrario, el Concilio de Nicea afirmó la enseñanza de los apóstoles sobre quién es Cristo: el único Dios verdadero y la Segunda Persona de la Trinidad, con el Padre y el Espíritu Santo, y hoy casi 2MIL años después cada religioso piensa lo que más se acerca a su pensamiento, en definitiva existen los debates como en las miles de religiones existentes en el mundo, y como en el futbol y la política rara vez se ponen de acuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario