La primera de las 100
esculturas del proyecto “Plazas por la Paz” ha sido inaugurada en la ciudad del
Vaticano y bendecida por el Papa Francisco.
La escultura, obra del artista José Manuel Robles, representa la
fusión de un halcón y una paloma, simbolizando la posibilidad de paz y
convivencia en el mundo.
Este proyecto global, liderado por la Organización Mundial por
la Paz, tiene como objetivo instalar estas esculturas en 100 ciudades de todo
el mundo, creando espacios de reflexión y encuentro para todos aquellos que
buscan la paz.
El portavoz de la
Organización Mundial por la Paz, Samuel Delgado Cedillo, remarcó que “la
bendición del Papa Francisco a nuestra primera escultura no sólo santifica
nuestra misión, sino que también envía un poderoso mensaje al mundo: la paz es
posible y es responsabilidad de todos trabajar para conseguirla”.
La elección de la Ciudad del Vaticano, auspiciada por Delgado Cedillo
para instalar la primera escultura, no fue casualidad. Este lugar, considerado
un epicentro espiritual para millones de personas, simboliza la trascendencia
de la paz más allá de las fronteras y las creencias religiosas.
En la ceremonia de bendición, el Santo Padre destacó la
importancia de trabajar juntos por un futuro pacífico. “Esta escultura nos
recuerda que, a pesar de nuestras diferencias, todos compartimos el anhelo de
vivir en paz. Es un llamado a la acción, para que cada uno de nosotros sea constructor
de paz en nuestro entorno”.
Con 99 esculturas más por
instalar, el proyecto “Plazas por la Paz” está destinado a convertirse en un
movimiento global, dejando una huella imborrable en la lucha por un mundo más
pacífico y armonioso.
La Organización Mundial por la Paz da así un primer paso audaz,
con el mundo mirando y en vilo por el conflicto que hoy se concentra
dramáticamente en Oriente Próximo.
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