SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



miércoles, 17 de febrero de 2016

Recordamos al Dr. Enrique Finochieto, que un día como hoy, un 17 de febrero de 1948 se despedía para entrar en la inmortalidad.

El Dr. Enrique Finochietto nació el 13 de marzo de 1881 en Buenos Aires. Como cirujano recibió durante la 1era. Guerra Mundial la máxima distinción que un civil cirujano podía recibir, en Paris le entregaron la Medalla de Oro Oficial de la Legión de Honor. 

Reconocido dentro y fuera del país, renovador, creador e innovador en el arte y las técnicas de la cirugía, sus inolvidables enseñanzas siguen guiando a nuevas generaciones de maestros. Ciencia y bohemia en los recuerdos de una vida multifacética. Para destacar el músico Julio de Caro le compuso el tango, “viejo amigo”  por salvar a su esposa de la muerte y Carlos Gardel lo acompaño por Europa y los presento en Francia.

La prensa medica en aquel momento dijo: “Un día nefasto del mes de febrero de 1948, una triste y terrible noticia conmovió a los médicos y personal del Pabellón 9 de nuestro Hospital: el gran maestro, nuestro amado Jefe, había fallecido”, relata el mismo discípulo en La Prensa Médica Argentina. “Yo lo lloré como se puede llorar a un padre entrañable”, recordaba el doctor Jorge Luis Viaggio, cuando me instaba a continuar el legado de la Escuela Finochietto.
Fue el primer cirujano del mundo en proponer
y usar los guantes,  hoy llamados de látex para operar.

En su discurso en la Academia Nacional de Medicina, uno de sus discípulos primeros y más queridos, el doctor Oscar Vacarezza, evocando al maestro lo llamó “el Santo del Bisturí”. Refiriéndose a aquella jornada amarga de febrero del 48, señaló: “Al comienzo de ese día opaco el reloj de la vida de Don Enrique ya no marca la hora. Se ha clavado en la hora de las nieves, en las blancuras de Dios, y en el frío del silencio”.
La obra del doctor Enrique Finochietto trasciende las nieves y los crepúsculos y todos los silencios, cuando la ciencia-arte de la Cirugía Técnica se manifiesta en el cálido murmullo de los quirófanos, donde la mano (quiros) de un cirujano maestro actúa en función de un semejante, y la mano de un cirujano joven se va armando de sabiduría y experiencia.
Con Carlos Gardel en París.

También va más allá de las fronteras. En el Museo de la Cirugía de Atlanta, Estados Unidos, existen dos amplios salones destinados a mostrar una parte de los textos, materiales, aparatos e instrumentos creados y producidos por el cirujano argentino. Allí el nombre de Finochietto es una presencia viva de la cultura científica y técnica de la Argentina.
La Escuela Finochietto hoy está formada por miles de discípulos que en la República Argentina y en otros países son jefes de salas de cirugía o médicos que trabajan en distintos lugares... Las dos históricas salas donde forjaron su monumental obra... hoy no funcionan como tales.
La destrucción del hospital Rawson fue llevada a cabo por militares del gobierno, acompañados por médicos civiles que apoyaron con gran entusiasmo y decisión esa medida... El hospital Rawson fue nuestra casa, fue la casa de los Finochietto. Además era, en el momento de su cierre en 1978, el primer hospital argentino y uno de los primeros de América latina”. 

Aunque el glorioso hospital Rawson haya sido desmantelado por los inquisidores y desaparecedores de siempre, hoy son centenares los hospitales de la Argentina, de América y del mundo, donde los discípulos de aquellos primeros discípulos de Enrique Finochietto continúan educando a más y más camadas de cirujanos.

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