Fuente: Mayo Clinic- Estos ejercicios
pueden ayudarte a mantener el equilibrio, y la confianza, a cualquier edad. Los
ejercicios de equilibrio son particularmente importantes para los adultos
mayores porque pueden ayudar a evitar caídas y a conservar la independencia. Es
una buena idea incluir el entrenamiento de equilibrio junto con la actividad
física y el fortalecimiento muscular en tu actividad regular.
Casi toda actividad que implique
estar de pie y en movimiento, como caminar, puede ayudarte a mantener un buen
equilibrio. Pero los ejercicios específicos diseñados para mejorar tu
equilibrio son útiles para incluirlos en tu rutina diaria y pueden ayudarte a
mejorar la estabilidad.
Por ejemplo, mantén el equilibrio
sobre una pierna al estar parado durante un período de tiempo en tu casa o
cuando sales. O bien, si estás sentado, levántate sin usar las manos. O bien,
intenta caminar en línea recta, primero apoyando el talón y luego la punta, por
una distancia corta. También puedes probar el taichí, un método de
entrenamiento del movimiento que puede mejorar el equilibrio y la estabilidad,
y disminuir la incidencia de las caídas.
Si tienes problemas graves de
equilibrio o una afección ortopédica, debes contar con la aprobación del
profesional a cargo de tu atención médica antes de hacer ejercicios de equilibrio.
Desplazamiento
del peso corporal
Cuando estés listo para probar los
ejercicios de equilibrio, comienza con ejercicios de desplazamiento del peso
corporal:
·
Párate con los pies separados a la
distancia del ancho de la cadera y con el peso repartido por igual en ambas
piernas (A).
·
Traslada el peso corporal hacia el
lado derecho. Luego, despega el pie izquierdo del piso (B).
·
Mantén esta posición durante 30
segundos, siempre que estés haciendo bien el ejercicio.
·
Vuelve a la posición inicial y haz lo
mismo con el otro lado. A medida que mejore tu equilibrio, aumenta la cantidad
de repeticiones.
·
Equilibrio
sobre una pierna
Pararse sobre una pierna es otro
ejercicio común para el equilibro:
·
Párate con los pies separados a la
distancia del ancho de la cadera y con el peso repartido por igual en ambas
piernas. Coloca las manos en las caderas. Eleva la pierna izquierda y flexiona
la rodilla (A). Si esto es difícil al principio, puedes pararte sobre una
pierna mientras te sostienes de un objeto estable, como un mueble pesado o una
mesa.
·
Mantén esta posición durante 30
segundos, siempre que estés haciendo bien el ejercicio.
·
Vuelve a la posición inicial y haz lo
mismo con el otro lado. A medida que mejore tu equilibrio, aumenta la cantidad
de repeticiones.
·
Otra opción es estirar el pie y
alejarlo del cuerpo lo más que puedas sin tocar el piso (B).
·
Para que el desafío sea mayor, mantén
el equilibro sobre una pierna o párate sobre una almohada u otra superficie
inestable.
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