Estrés, hábitos alimenticios negativos, desoír síntomas y no realizarse
estudios de rutina pueden dañar gravemente el aparato digestivo.
Nuestra salud depende casi del 100% de lo que ingerimos. No solo porque
el abuso de cierto tipo de alimentos pueda generar enfermedades o dolencias de
distinto calibre, sino porque la ausencia de un grupo determinado de
nutrientes, vitaminas y antioxidantes en lo que comemos puede determinar
nuestra salud.
Pero también se deben tener en cuenta otros factores que afectan el
aparato digestivo. Estrés, tabaquismo, antecedentes familiares, una dieta
desequilibrada, inflamación e hinchazón del estómago por largo tiempo, son
algunas de las señales de alerta que pueden poner en jaque la salud digestiva.
El aparato digestivo está compuesto por el esófago, el estómago, el
hígado, los intestinos grueso y delgado, el páncreas y la vesícula biliar.
Durante el proceso de digestión, los alimentos y las bebidas se descomponen en
pequeñas partes para que el organismo pueda absorber los nutrientes y
convertirlos en energía, para su correcto funcionamiento.
Existen una gran cantidad de afecciones digestivas y que varían según el
caso, pudiendo ir de leves a serias. Algunos de los problemas más comunes y que
alcanzan a ambos sexos, en cualquier momento de la vida, son:
cáncer, hemorroides, síndrome del intestino irritable, gastritis, úlceras
gástricas, celiaquía, enfermedad de Crohn, colitis
ulcerativa, diverticulosis, isquemia intestinal, entre otras.
Como en cualquier enfermedad el diagnóstico precoz es vital para poder
erradicar o evitar la enfermedad. Además de llevar una vida saludable es
fundamental llevar el calendario de estudios de rutina al día y estar atentos a
los signos que nos suele dar el organismo y que nos indican que algo no
funciona como debería.
La endoscopia digestiva alta y la endoscopía digestiva baja son métodos
que, si bien son invasivos, en la actualidad se realizan bajo sedación y que
los pacientes pueden tolerar con resultados positivos. Estos análisis permiten
tener un diagnóstico precoz de cáncer de esófago y estómago, pólipos, tumores
colónicos, etc.
El desarrollo de estas exploraciones ha permitido un gran avance en el
estudio de las enfermedades digestivas y en el manejo de lesiones que tiempo
atrás suponían una prescripción quirúrgica y que hoy -gracias a los métodos
endoscópicos- se pueden tratar adecuadamente con una menor incidencia de
complicaciones que la cirugía, logrando el control total de la enfermedad.
Cabe destacar que estos estudios se prescriben y son de rutina en
aquellos pacientes mayores de 50 años que posean antecedentes familiares, pero
también el medico puede solicitarlos si se presentan algunos de estos síntomas:
indigestión e incomodidad estomacal, sensación de hinchazón después de comer,
náuseas moderadas, pérdida del apetito y acidez estomacal, sangre en las heces,
vómitos, pérdida de peso sin razón, dolor estomacal, ictericia (color
amarillento de los ojos y la piel), ascitis (acumulación de líquidos en el abdomen)
y problemas para deglutir.
Es vital acudir al especialista ante los primeros síntomas o malestares,
para poder dar con la enfermedad en los estadios iniciales y realizar el
tratamiento adecuado que permita incrementar las posibilidades de éxito en la curación
y disminuir las complicaciones y secuelas de la enfermedad.
Fuente: Dr. Daniel
Crescenti (MN: 133239). Médico del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto
J.V. Crescenti”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario