El garbanzo (Cícer
arietinum L.) es una de las legumbres más utilizadas tanto en
la cocina mediterránea como en todo el mundo. No existe unanimidad sobre su
origen de consumo y cultivo: algunos investigadores lo sitúan en la zona de la
cuenca mediterránea y otros, sin embargo, en Asia occidental. Lo que sí está
claro es que es una legumbre que se remonta a tiempos prehistóricos, ya que se
han descubierto evidencias de su presencia en excavaciones preneolíticas en
Sicilia.
Hay constancia de ser una leguminosa muy apreciada en Persia, en
Babilonia, en la India y en el antiguo Egipto. Los egipcios los cultivaban y
veneraban. En algunas de sus tumbas, se han encontrado garbanzos, lo que
demuestra que los incluían para el viaje al más allá de sus difuntos. La
palabra egipcia que se utilizaba para denominar al garbanzo se traduce como
«cara de halcón», lo que hacía referencia a la especie de nariz-pico que tiene
esta legumbre.
También fue un alimento habitual para los griegos, los romanos y
los cartagineses. Y fueron precisamente estos últimos quienes lo introdujeron
en España. Cuenta la leyenda que Cicerón podría deber su apellido al comercio
de garbanzos (cicer) por parte de su familia. En Roma
eran habituales los apellidos relacionados con algún vegetal: los Léntulos (de
lentejas), los Fabios (de habas)…
Propiedades de los garbanzos
La Sociedad Española de Nutrición
Comunitaria (SENC), la institución que elabora las guías
alimentarias en ESPAÑA, en su última edición recomienda consumir de 2 a 4
raciones de legumbres a la semana. Son fuente de hidratos, proteínas,
minerales, vitaminas, hierro y fibra.
Muchos son los beneficios de
comer garbanzos. Esta legumbre es considerada un alimento muy rico
nutricionalmente, apta para todo tipo de personas. En algunas circunstancias su
consumo se hace más conveniente. Esta legumbre despunta por ser una fuente
destacable en hidratos de carbono de absorción lenta, que producen una
asimilación gradual de la glucosa. Esto evita el desequilibrio de los niveles
de azúcar y genera una energía constante.
Es pobre en grasas saturadas y rico
en fibra, por lo que contribuye a regular el colesterol. Al
combinar los garbanzos con cereales, por ejemplo el arroz o el cuscús, la
calidad de sus proteínas aumenta. El garbanzo tiene muchos minerales, sobre
todo fósforo, hierro y magnesio y es especialmente rico
en vitaminas B1, B6 y ácido fólico.
EN
ARGENTINA: La producción de garbanzo en Argentina se ha convertido en una
importante alternativa en la rotación invernal concentrándose principalmente en
las provincias de Córdoba, Salta y Tucumán; con una superficie implantada a
nivel país que presenta una tendencia creciente. Aproximadamente el NOVENTA Y
CINCO POR CIENTO (95%) de la producción de garbanzo se exporta, encontrándose
entre las principales legumbres secas exportadas.
En ese sentido el INASE resuelve que a partir del 1º de Enero de
2024 toda semilla de garbanzo, Cicer arietinum L., que se comercialice deberá
corresponder a Clase Fiscalizada, y establece sus estándares de producción.
La normativa
permitirá brindar al productor agropecuario garantías en cuanto a la identidad
varietal y estado sanitario sobre el material genético que adquiere, evitando
pérdidas significativas en sus cosechas por bajo rendimiento del cultivo y mala
calidad del producto.
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