SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 17 de octubre de 2024

¿Hay vida bajo el fondo marino a 2.500 metros de profundidad?

 

Por primera vez, científicos han descubierto vida animal bajo el suelo marino en torno a los sistemas de respiraderos hidrotermales profundos. Este hallazgo desafía la antigua creencia de que solo los microbios habitaban esta región del subsuelo, sugiriendo que una porción mucho mayor de la corteza terrestre podría albergar formas de vida complejas.

Investigadores a bordo del buque de investigación Falkor (too), del Instituto Oceánico Schmidt, utilizaron vehículos operados a distancia para explorar el suelo marino alrededor de la Dorsal del Pacífico Oriental, una cordillera volcánica activa donde se encuentran dos placas tectónicas en el fondo del océano Pacífico.



Exploración del subsuelo marino

Mientras intentaban investigar cómo las larvas animales se asentaban en el lecho marino, los científicos se toparon con vida animal en cavidades llenas de fluidos hidrotermales bajo la corteza terrestre, a más de 2.500 metros de profundidad. En estas cavidades cálidas, ubicadas entre las placas convergentes de la corteza, el equipo documentó la presencia de gusanos tubícolas gigantes (Riftia pachyptila), también conocidos como gusanos barbudos gigantes, una especie que puede llegar a medir hasta 3 metros de longitud. Además, se encontró una variedad de animales móviles, como caracoles, mejillones y diversas especies de gusanos.

Impacto en la comprensión de la vida submarina

Si bien otros científicos han descubierto anteriormente vastos ecosistemas microbianos bajo la superficie terrestre, incluso en regiones no submarinas, este es el primer hallazgo de ecosistemas de vida animal en este contexto bajo el suelo marino. Se estima que aproximadamente el 70% de la vida microbiana del planeta vive bajo tierra, pero el descubrimiento de vida animal en el subsuelo marino abre nuevas interrogantes sobre la biodiversidad en estas áreas.

El hallazgo, liderado por un equipo internacional de la Universidad de Viena y el Real Instituto Neerlandés de Investigación Marina, ha sido publicado en la revista Nature Communications, destacando la importancia de este avance en la comprensión de los ecosistemas profundos.

Conexiones dinámicas en el ecosistema marino

Los investigadores creen que las larvas jóvenes de las comunidades del lecho marino pueden asentarse en estos hábitats bajo el subsuelo, viajando a través de los fluidos hidrotermales. Si esta hipótesis es correcta, sugiere que los ecosistemas del océano, el lecho marino y el subsuelo están profundamente interconectados en una relación dinámica. Este descubrimiento amplía la perspectiva sobre la posible extensión de estos ecosistemas, que podrían ocupar una porción considerable de la corteza terrestre en todo el mundo.

Nuevas preguntas para la ciencia

El descubrimiento de vida animal bajo la corteza terrestre plantea nuevas preguntas sobre la extensión de estos ecosistemas, que podrían ser mucho más amplios de lo que se puede observar en la superficie del lecho marino. Los autores del estudio subrayan que el análisis del subsuelo biosférico para la vida animal está en sus primeras etapas, sugiriendo que aún queda mucho por descubrir.

Este hallazgo tiene implicaciones no solo para nuestra comprensión de la biodiversidad marina, sino también para los estudios sobre sostenibilidad y ecología, ya que revela la resiliencia y adaptabilidad de la vida en entornos extremos. Estos ecosistemas podrían ofrecer claves sobre cómo las formas de vida se adaptan a condiciones severas, lo que a su vez podría influir en futuros estudios sobre sostenibilidad en relación con el cambio climático y la preservación de los ecosistemas marinos.



Implicaciones globales para la sostenibilidad

Desde una perspectiva global, este descubrimiento resalta la importancia de estudiar los océanos y sus ecosistemas, no solo por la biodiversidad que albergan, sino también por su rol crucial en la salud del planeta. Los sistemas hidrotermales y los ecosistemas asociados contribuyen a ciclos biogeoquímicos clave, como el del carbono, que influyen directamente en la regulación del clima.

La investigación de estos entornos extremos también puede inspirar soluciones innovadoras en el ámbito de las energías renovables. Por ejemplo, el estudio de la energía térmica generada por los respiraderos hidrotermales podría proporcionar ideas para tecnologías sostenibles que aprovechen las fuentes de calor naturales del planeta, minimizando así el impacto ambiental.

Este descubrimiento, en definitiva, invita a replantearse el vasto potencial que tienen los océanos y el subsuelo marino como territorios aún en gran parte inexplorados. Estos ecosistemas, más allá de ser una fascinante ventana a la adaptabilidad de la vida, podrían ser clave en los esfuerzos futuros por comprender y mitigar los efectos del cambio climático, además de ofrecer nuevas oportunidades en la búsqueda de fuentes energéticas limpias y sostenibles.

La exploración de los ecosistemas subterráneos no solo tiene implicaciones para la biodiversidad, sino que también abre la puerta a nuevas investigaciones que podrían tener un impacto positivo en la sostenibilidad global y la lucha contra la crisis climática.

 

 

 

 

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