A menudo apodada
como la "capital mundial del ópalo", la ciudad minera tiene una
población de 2.500 personas, quienes habitan en casas subterráneas debido a las
temperaturas que pueden superar los 52 °C en un día de verano.
A medida que
las temperaturas primaverales comienzan a subir en Europa, hay una ciudad
de Australia que ha estado aprendiendo a vivir con un calor
extremo durante el último siglo. Situada en medio del desierto,
donde las temperaturas en verano alcanzan los 50 °C, se
encuentra Coober Pedy, una ciudad construida bajo tierra y originalmente
establecida como un centro minero de ópalos.
Coober Pedy, ubicado en el sur
de Australia, a 848 kilómetros al norte de Adelaida, está en medio de un
paisaje desolado de polvo rosa salmón y arbustos solitarios en la autopista
Stuart. En la ciudad, las calles están rosadas de polvo y hay restaurantes,
bares, supermercados y gasolineras. En una colina que domina toda la
superficie, se encuentra el único árbol del pueblo, una escultura
hecha de metal.
Por arriba, “Coober Pedy está inquietantemente vacío, los edificios están
muy espaciados y algo no cuadra. Pero bajo tierra todo está explicado”, narra
la periodista Zaria Gorvett de la BBC, que recorrió al lugar.
Bajo tierra, a algunos de los “refugios” de Coober Pedy, como se les conoce, se
accede mediante lo que parecen pequeños edificios ordinarios: al entrar, sus
pasajes subterráneos se revelan gradualmente, como atravesar un armario hacia
Narnia. Otros son más obvios: en Riba’s, un camping donde la gente puede montar
sus tiendas en nichos a varios metros bajo tierra, la entrada es un túnel
oscuro, cuenta la periodista.
En Coober Pedy subterráneo,
los edificios subterráneos deben tener al menos cuatro metros de profundidad
para evitar que sus techos se derrumben, y bajo esta cantidad de roca, siempre
hay una temperatura de 23 °C. Mientras que los residentes de la
superficie deben soportar veranos calurosos y noches gélidas de invierno, donde
regularmente descienden a 2 °C a 3 °C, las casas subterráneas permanecen a
una temperatura ambiente perfecta, las 24 horas del día, durante
todo el año.
En algunos barrios de Coober
Pedy, las únicas señales de que hay actividad humana son los
conductos de ventilación visibles y el montículo de tierra cerca de las entradas.
En verano, con las temperaturas extremas, es común que los pájaros
caigan del cielo y que los dispositivos electrónicos deban almacenarse en
refrigeradores para evitar el sobrecalentamiento.
Durante los últimos 100 años, los
residentes se han adaptado a la vida en este ambiente extremo y solo
salen por la noche, cuando las temperaturas bajan, señala la cadena France
24. Las viviendas subterráneas en Coober Pedy varían desde simples refugios
hasta lujosas casas con piscinas, salas de juegos y baños amplios.
También hay iglesias y campamentos. El 60% de la población habita en casas
construidas en areniscas y limolitas ricas en hierro.
La historia de la vida
subterránea en Coober Pedy se remonta a los años 60 y 70, cuando los
residentes comenzaron a expandir sus hogares y minas
utilizando explosivos, picotas y palas. Hoy en día, muchos de estos refugios
subterráneos son excavados con equipo industrial, aunque todavía es posible
hacerlo a mano. Esta facilidad para la excavación se debe a la naturaleza
blanda de la roca arenisca del pueblo, que puede ser rayada con una
navaja o incluso con una uña.
La vida subterránea en Coober
Pedy, aunque extravagante, tiene varias ventajas económicas para
sus residentes. Aunque la ciudad genera su propia electricidad, con un 70%
proveniente de fuentes eólicas y solares, los costos de aire acondicionado en
la superficie son extremadamente altos debido a las temperaturas. “No
necesitamos aire acondicionado porque la temperatura oscila entre los 20 °C y
los 27 °C, porque vivimos bajo tierra. No tenemos que enfriar o calentar
nuestras casas en invierno”, dice Markus Hammermeister, buscador de ópalo y
habitante de Coober Pedy, a France 24.
Las casas subterráneas también
son asequibles. En una subasta reciente, la vivienda promedio de
tres dormitorios se vendió por unos 40.000 dólares australianos (US$ 26.000),
en comparación con el precio medio de 700.000 dólares australianos (US$
457.000) en Adelaida, la ciudad importante más cercana. Aunque muchas de estas
propiedades necesitan renovación, la diferencia de precio es notable.
Además de la economía asequible,
otros aspectos positivos son que en la vida subterránea casi no hay
insectos, ni contaminación acústica o lumínica. También hay protección
contra terremotos, ya que las vibraciones se disipan en los refugios
subterráneos. Aunque, la seguridad de estas estructuras durante la actividad
sísmica depende de su tamaño, complejidad y profundidad.
El negocio del pueblo siempre ha
sido la minería de ópalo. En Australia se produce aproximadamente
el 95% del preciado ópalo del mundo, incluido el ópalo negro, y la variedad más
valiosa se encuentra en Lightning Ridge, el mayor productor de ópalo por valor.
Pero es Coober Pedy la mayor productora en masa del país. Su
cultura está tan arraigada en la minería del ópalo, que un camión minero está
montado sobre postes en el cartel de entrada de la ciudad, según la Sociedad
Internacional de Gemas.
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