Las compañías de riego por goteo apuestan a un cambio cultural y buscan
incrementar la sinergia con el Estado e instituciones. Una firma radicada en
San Juan enumeró logros en maíz, trigo y maní.
“Todos sabemos que
la agricultura se lleva el 70% del agua dulce disponible, entonces también hay toda una
presión constante de utilizar mejor este recurso escaso”, calificó Diego
Jurasec, gerente comercial de la firma Rivulis.
En ese contexto, la producción
agropecuaria maximiza esfuerzos para producir más, mejor, y que esa
mejoría contenga el cuidado del medio ambiente.
Con esa
premisa, los representantes de la empresa israelí, especializada en riego por goteo, que está radicada en San
Juan y que tiene un fuerte vínculo con los productores vitícolas de la zona de
Cuyo apostó por una buena llegada a quienes se lanzan
a la producción de commodities en la zona núcleo.
Rivulis fue una de las 25 firmas que participaron de EnBio, en Entre Ríos.
El denominado “fertirriego” fue a la vez una de las propuestas de parte de la
organización: notaban que en Victoria, donde se realizó el evento que ahora irá
por su quinta edición, la región mostraba ciertos indicios de
degradación de los suelos que afectaban a la producción.
“Todos sabemos por la FAO y distintos organismos que la demanda de alimentos va a crecer muchísimo acá
el año 2030, incluso al 2050. Entonces, tenemos que ir encontrando nuevos mecanismos que sean mucho
más eficientes en el uso del agua. Y ya no solo hablamos de un sistema de riego
sino también de fertirrigación”, analizó Jurasec.
Las empresas del sector lo que buscan es lograr una uniformidad en la aplicación del agua, ya sea en una parte de los campos o mediante
hileras, en los casos de cultivos intensivos.
“En extensivos hablamos de una eficiencia arriba del 95% o 98% al usar riego por goteo”, planteó.
EL RIEGO POR GOTEO EN LA ARGENTINA
-¿Cómo está la
Argentina en materia de adopción de riego?
-Se sabe que
para el 2030 la necesidad de agua va a ser un 40% superior a la demanda. O sea,
realmente vamos a tener que trabajar mucho más en desalinizar u optimizar mejor
los riegos. Por ejemplo en un riego por inundación trabajás con una uniformidad
de un 30%, un 40%, o sea, tirás un montón de agua que se pierde y se va al
fondo. En la aspersión pasaríamos a una eficiencia del 60% o 70% del agua. Pero
en riego por goteo para extensivos lógicamente el 100% del agua que aplicás
quede disponible para la planta.
-¿Y cómo se va dando la charla con las empresas de
insumos biológicos? ¿Han tenido que modificar el material con el que realizan
las mangueras?
-En general la
mayoría trabaja con productos hidrosolubles, para nosotros con eso es más que
suficiente. Pero hoy por hoy hasta con agua residual se puede regar. Así que es
cuestión de empezar a tomar las decisiones correctas y ahora también se empieza
a ver un poco de crédito o se le apunta a algún tipo de tratamiento en el agua,
de desechos de producciones de lechería, de chanchos o de los mismos feedlots,
que utilizan mucha agua. Si la obtienen y la reutilizan para regar ya tienen
también algo de nutrientes biológicos incorporados. Así que creo que vamos
todos de la mano, y hay muchas consultas.
Pero a veces
también es importante que el Estado lo patrocine, lo muestre, lo divulgue.
¿Cómo se da esa relación?
-Intentamos
durante todo el tiempo hacer muchas asociaciones con el INTA como con
universidades. Tenemos distintos plots en algunas zonas determinadas y
justamente ahora también con la gente de la universidad de acá de Oro Verde de
Entre Ríos también. Con el INTA Manfredi hemos logrado estabilizar la
producción a lo largo de 12 años con rendimientos arriba de los 16.000 kg de
maíz. El trigo siempre arriba de los 5.000 o 6.000 kg. En algunos casos
privados hemos llegado arriba de los 10.000 kg de trigo por hectárea, cosas
insólitas.
-¿Repercute en el ciclo, lo cambia?
-Tratamos
siempre de no llegar a esos hitos totales y lograr estabilizarlo en los
tiempos, y poder asegurar cinco cultivos en 2 años, lograr una estabilidad con
muy buena producción en general. Casi el doble del secano. Había zonas del sur
de Córdoba donde se hacía solo trigo en invierno, y solo para mantener
estructura, totalmente a pérdida. Y bueno, uno de esos clientes tiene más de
200 hectáreas y fue el que hizo arriba de los 10.000 kg, pero siempre arriba
los 8.000 kg de trigo. Hoy tiene ganancias.
-¿Qué pasa con otros cultivos?
-Por ejemplo
con el maní podemos poner la manguera un poco más profunda y ponerlo en esa
rotación. O zonas de girasoles confiteros donde se han animado a hacer
garbanzos, porque hay que tener en cuenta que es como si todos los meses
tuvieras una lluvia de 80 milímetros. No hace falta irnos al extremo de un
desierto, porque acá llueve. Entonces nosotros nos adaptamos y nos acoplamos a
esa lluvia.
-¿En qué cambia el hecho de bajar la profundidad?
-En que una vez
que decidís la siembra de la manguera ya tomás una decisión. Si uno pone al
equipo un poco más superficialmente tiene muchas ventajas, como el hecho de que
suba más rápido el agua y germinar en general. También hay contrapartidas, como
que un animal pueda dañar la manguera. Entonces, al irte más profundo, retirás
esos riesgos y estás nutriendo el suelo. Además hay zonas donde las raíces
exploran hasta casi los 2 metros y tienen capacidad de almacenar hasta 300 mm
de agua. El maní, al crecer bajo tierra, requiere de que se entierre la
manguera más profundo para no dañarla al cosechar.
¿Qué efecto
genera en el suelo?
-Al tener tanta
más producción habrá cerca del doble de materia orgánica en el suelo. Entonces,
eso también hace que mejores muchísimo la calidad de la tierra y empezás a
generar un colchón que al segundo o tercer año todos nuestros equipos apliquen
solo el 50% de la cantidad de agua que se aplicaba al inicio. Tenemos que decir
que el sistema de riego por goteo de esta manera que lo usamos no sirve para
germinar. Pero esto vino para quedarse porque los productores están muy
preocupados y tienen mucha presión social sobre cómo vamos a utilizar el agua y
ser más eficientes. Hay que dejar de avanzar sobre los bosques y la tierra
virgen, dejémosla como está. Crezcamos verticalmente.
-Rivulis es israelí pero fabrica en San Juan, donde el
agua es un tema más que sensible.
-Al tener fábrica
nacional podemos hacer una investigación en un campo, poner el gotero y el
caudal que realmente necesita en base a la estructura que tiene ese productor.
No hace falta hacer solamente una sola solución para todos, nos adaptamos. La
parte intensiva fue nuestro nacimiento en San Juan y Mendoza, pero también
hemos mangueras que permiten hacer tiradas un poco más largas para cortar menos
el campo. Tratamos de introducirnos lo menos posible en el suelo, hay gente que
capaz que tiene 20 años de siembra directa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario